domingo, 25 de abril de 2010

Discrepar en democracia

Si una magistrada española tiene que salir en la prensa para precisar que "discrepar" no es prevaricar, eso significa que los fundamentos básicos de la democracia están en crisis. Cuando dicha situación ha llegado a la alta magistratura es porque ya está instalada en muchos otros ámbitos, al menos en España. Aquí se da con demasiada frecuencia que a quien discrepa se le persigue y se le intenta eliminar ya sea en los partidos políticos, en los sindicatos, en las asociaciones de vecinos o también en el ámbito laboral... Es más, en el seno de organizaciones que un día fueron perseguidas, y casi eliminadas, ahora se persigue y eventualmente se consigue eliminar al discrepante, como si de una amnesia histórica se tratara. Conditio humana? Es obvio que la historia no alcanza a ser una vacuna eficaz. La discrepancia se ve como una agresión y se la incluye en la lógica del amigo/enemigo; sin caer en la cuenta, tal vez, de que ello no es más que la lógica de la guerra... ¿Y si estos fenómenos no sólo ocurrieran en España? ¿Será verdad que el futuro de Europa, como dice Umberto Eco, es la Italia de hoy? ¿O será peor? ¿Apocalípticos o integrados?

Postdata:
La violencia amigo/enemigo: Peces-Barba, Gregorio. "Diagnóstico de las violencias". El País, 01/05/2010, opinión, página 27.
La anomalía de España: Marías, Javier. "Hay que convivir con eso". El País, 02/05/2010, El País Semanal, página 106.

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